Las pequeñas y medianas empresas engloban el 99% de empresas en España y, las que están gestionadas por familias conforman el 89% del total, ocupan el 67% del empleo privado y su peso en la actividad económica equivale al 57% del PIB del sector privado.
A medida que la economía es más digital, estas empresas corren el riesgo de quedarse atrás. Son datos que se extraen del estudio “Pymes familiares de Europa en la economía digital” de Mastercard.
La Transformación Digital es todo un reto para las empresas familiares españolas. Para casi el 30% ha sido el mayor desafío al que se ha enfrentado su negocio en el último año.
El 50% quiere dar un mejor uso a las herramientas digitales para transformar su negocio y, apenas el 29% de estas empresas creen estar preparadas para operar en una economía digital.
Pero según el estudio de Mastercard, el 25% afirma no saber qué recursos digitales y qué tecnologías podrían ser las mejores para su crecimiento empresarial.
Además, la ciberseguridad (56%), la privacidad (45%) y la conexión a Internet (28%) son algunos de los factores clave que llevan a las empresas familiares a no implementar soluciones digitales en sus negocios.
Gestionar una empresa junto a varios familiares supone un reto que puede hacer que la modernización de la compañía sea más difícil. Entre los problemas más comentados destacan la incertidumbre sobre el futuro del negocio (39%) y las preocupaciones financieras (39%), seguido de la imposibilidad de adaptarse a los tiempos y probar cosas nuevas (34%), especialmente visible en las generaciones mayores, y las relaciones personales entre los diferentes miembros de la familia (32%).
En relación con las actividades que favorecen el crecimiento del negocio, los encuestados señalan que contar con más formación (50%), mejorar el manejo de sus herramientas digitales (50%), los cambios en la regulación actual (42%), el acceso a financiación (32%) y la posibilidad de tener sesiones de orientación empresarial (22%), ayudarían a su desarrollo y crecimiento empresarial.
Según los encuestados, las generaciones mayores (43-58 años) están menos abiertas a innovar en su negocio, implementar nuevas tecnologías, métodos o procesos. Para el 60%, aquellos integrantes de las empresas familiares de entre 27 y 42 años son los más dispuestos a implementar nuevas soluciones para mejorar su negocio.