El mayor obstáculo que los administradores y usuarios pueden ponerle a un pirata informático es almacenar menos datos y asegurarlos de verdad. Sin embargo, esto no es tan fácil de implementar en la mayoría de las empresas y oficinas estatales, como lo indican algunos de los errores más comunes:
1. Contraseñas inseguras o guardadas en partes no confiables
Son seguras las contraseñas que funcionan con números y caracteres especiales, así como con la combinación de letras mayúsculas y minúsculas. Y las contraseñas se deben cambiar de forma regular. No las escriba en un papel que luego deja a la vista. Quien usa una cámara web, podría publicar directamente su contraseña en Twitter.
2. Usar las mismas contraseñas para diferentes propósitos
Si un empleado de una agencia gubernamental también usa su contraseña oficial para el sitio web de su club deportivo o de pasatiempos, se la hace muy fácil a los piratas informáticos.
3. Una contraseña para todo el grupo, almacenada en un sitio central
Muchos colegas a menudo usan una contraseña juntos, para una aplicación de software específica, por ejemplo. Dichas contraseñas son, a menudo, almacenadas en algún lugar de un servidor, de modo que todos los que las necesiten tengan acceso a ellas. Pero si un hacker con la identidad de un simple usuario, que no tiene derechos de Administrador, logra penetrar el sistema, puede acceder fácilmente a las contraseñas.
4. Phishing y Spearphishing
Un primer ataque clásico se realiza con un correo electrónico de phishing. Dichos correos electrónicos incitan a los usuarios a abrir un archivo adjunto o hacer clic en un enlace de Internet, que luego carga y activa un programa malicioso en la computadora. Muchos correos electrónicos de suplantación de identidad aparecen como correos electrónicos no deseados en las casillas de correo electrónico y son fácilmente reconocibles como tales.
La «pesca submarina” o «spearphishing” es la forma más sofisticada de phishing. El atacante selecciona deliberadamente a su objetivo y le envía un correo electrónico que parece legítimo. El destinatario por lo tanto lo abrirá con alta probabilidad. El malware puede esconderse en una carta al departamento de personal o en una factura al de compras. Por lo general, requiere un buen conocimiento de las personas y los idiomas. El correo electrónico del remitente y la apariencia completa son falsificados hábilmente para ser creíbles.
5. Administradores descuidados
El conocimiento es poder, y los atacantes con alto grado de especialización intentarán obtener derechos de Administrador. Así pueden dominar todo el sistema. Una vez que se ha colado en la identidad de un usuario, puede leer la guía telefónica interna de la compañía. Así es como descubren quién es el responsable de la administración del sistema. Luego, investigan en Facebook u otras redes sociales para descubrir los pasatiempos y preferencias. De esta forma, el atacante también conoce los nombres de amigos y conocidos, compañeros de trabajo, citas, etcétera. Luego realiza un ataque personalizado para dar la impresión de que es un «insider”. Y si usted recibe un correo de un buen amigo, abre el archivo adjunto. Ahí ya es tarde.
6. Ataque de «día cero»: agujeros de seguridad que se tapan muy tarde
Hasta a los administradores más diligentes pueden demorar meses en detectar y cerrar un agujero y repararlo (patches). Actúe antes de que todos los usuarios puedan actualizar su software. Los llamados «ataques de día cero», como el del 2018 con el malware de extorsión WannaCry, paralizaron varias computadoras, aunque ya existía un parche. Muchos administradores actuaron demasiado tarde.
7. Software mal instalado
La presión de tiempo lleva a los técnicos a configurar un servidor olvidando cambiar una contraseña de acceso estandarizada como «1234», «qwerty» o «admin».
8. Servidores de correo que revelan demasiada información
Los servidores de correo seguro o bien no responden en absoluto o responden a las solicitudes erróneas del exterior. La razón: los atacantes pueden obtener información valiosa a través de un sistema informático enviando correos con una identificación falsa a un dominio específico. Si el servidor de correo envía un mensaje de error detallado que indica el camino que ha recorrido el correo electrónico, así como la versión correspondiente del software del servidor, el atacante sabe exactamente cómo proceder.
9. Sin sistema de espacios restringidos
La mayoría de los sistemas operativos y navegadores web de hoy en día se construyen como entornos limitados: si un ataque tiene éxito, primero queda atrapado en la parte del software en que apareció por primera vez. Una administración estricta de usuarios es vital. Por lo tanto, el malware solo puede destruir las áreas a las que el usuario respectivo tiene acceso. Sin embargo, si muchos usuarios tienen demasiados derechos, el software malicioso se esparce rápidamente por todos los espacios, como el fuego en un edificio sin puertas blindadas.
10. Software no actualizado
No solo el Sistema Operativo, sino todas las aplicaciones deben estar siempre actualizados. Por cierto, el antivirus sigue siendo importante, pero su importancia ahora está detrás de los componentes básicos de la seguridad del software, que reaccionan por sí mismos ante una actividad sospechosa. Si un virus o un troyano atraviesa la barrera, un buen software lo reconoce a más tardar cuando comienza a hacer algo que no debería.
Fuente https://www.dw.com/es/los-diez-errores-m%C3%A1s-comunes-que-facilitan-el-robo-de-datos/a-46976850