El experto en ciberseguridad John Lyon alerta de la importancia de comenzar a defender los sistemas o después, será demasiado tarde.
Recientemente, el diario El País ha publicado una entrevista realizada a John Lyons, fundador de la Alianza Internacional de Ciberseguridad, quien calcula que una empresa debería destinar el 15% de su gasto en tecnología para proteger redes y sistemas ante ciberataques. No se está cumpliendo, por lo que declara: «El panorama es para asustarse, en menos de cuatro años, el Internet de las cosas habrá estallado y se tendrán alrededor de 200.000 millones de dispositivos conectados a la Red. Es como si cada grano de arena tuviera su propia dirección IP. Y todo, absolutamente todo, podrá ser víctima de un ataque».
El principal problema en ciberseguridad al que se enfrentan los gobiernos es que no tienen expertos para defender sus redes. En el pasado, los países contaban con grandes fuerzas militares para defender sus territorios. Ahora no hay límites porque la guerra se ha trasladado al ciberespacio. La ciberseguridad se debe convertir en una prioridad nacional para los gobiernos.
Un país tiene muchas cosas que defender y es muy difícil tener todos los frentes cubiertos; en cambio, los adversarios, los que amenazan, son mejores atacando que nosotros defendiéndonos. También, son más rápidos desarrollando nuevas tecnologías y técnicas. Estamos dirigiéndonos a una sociedad cada vez más interconectada pero también más vulnerable y el incremento del número de dispositivos conectados atraerá amenazas cada vez peores.
En este momento no se está prestando suficiente atención a la ciberseguridad, a nadie le interesa o le importa. Los gobiernos deben dar el primer paso. Es normal que la ciberseguridad no resulte algo muy atractivo para los políticos y en consecuencia, no se destinen fondos para protegernos. Y aunque la educación, la sanidad o la lucha contra la violencia sean temas muy importantes, se volverán innecesarios e inmateriales si no invertimos ahora en ciberdefensa. Porque en los próximos años estaremos perdiendo tanto dinero con los ataques a nuestros sistemas que se perderá la habilidad para defendernos. Por ejemplo, cada vez estamos más involucrados con nuestra salud y llevamos más dispositivos para controlar nuestro estado. Los médicos desean conocer de forma directa e inmediata cómo van sus pacientes. En un tiempo, quizás en cinco años, podremos registrar todo sobre nuestra condición médica y transmitirla. Si eres diabético podrás saber si necesitas tomar menos o más azúcar en cada momento. Esta interacción puede conllevar muchos beneficios por una parte, pero también tiene sus propias amenazas. ¿Qué va a pasar cuando todos esos dispositivos estén conectados a Internet? Dentro de poco la preocupación ya no será si has perdido dinero en tu cuenta de banco, sino si un hacker puede hacer que se detenga tu corazón.