En 2023 una de cada cinco empresas víctimas de algún ataque (20%) recibieron ransomware, cifra ligeramente superior al 19% del año anterior. El porcentaje que pagó por el rescate cayó de un 66% a un 63%. Así se desprende del Informe de Ciberpreparación 2023 de Hiscox.
¿Fue rentable el pago del rescate?
En muchos casos, no. El porcentaje de víctimas que afirman haber recuperado con éxito todos sus datos tras pagar fue tan solo de un 46%, una cifra inferior con respecto al 59% del año anterior. Alrededor de un tercio (32%) dijeron haber recuperado parte de sus datos, pero en una cuarta parte de los casos, los datos fueron filtrados o la clave de recuperación no funcionó. Además, una de cada cinco empresas (20%) volvió a sufrir otro ataque.
Cuando se trata de ciberseguridad, tener mayor madurez permite recuperarnos del ransomware sin pagar o al menos mitigar el ataque desde el inicio.
La principal vía de entrada de los atacantes fue mediante correos electrónicos de phishing (63% de las víctimas). Por tercer año consecutivo, el phishing ha sido la fuente principal de los ataques de ransomware, y el segundo método más común de entrada sigue siendo el robo de credenciales.
Caso real de un ataque ransomware
Comenzó como un día de trabajo normal en Autobedrijf de Pee, un taller de reparación de vehículos alemán. La persona encargada de la recepción no se encontraba en la empresa, por lo que el propietario, Arjan de Pee, se estaba encargando de revisar los correos electrónicos. Vio un e-mail de KPN, la empresa de telefonía móvil, con una factura adjunta y lo abrió con la intención de imprimirla. De pronto, todo se volvió negro. “Todos los sistemas fallaron”, cuenta. “Todo lo que se veía era una pantalla negra con texto blanco, como en la época inicial de DOS.”
Arjan intentó reducir el daño y desconectó el cable de red de inmediato. No surtió efecto, todos los archivos habían sido encriptados de forma permanente. “En cada carpeta había un archivo de texto que decía que todos los documentos estaban bloqueados y que solo se desbloquearían con un pago en Bitcoin”, explica. Arjan llamó a su compañía de TI. Actuaron de inmediato y pudieron reinstalar los programas, por lo que en tan solo una hora el negocio estaba funcionando otra vez.
El coste
El daño económico se limitó a tener que pagar por la ayuda de la compañía informática y a la instalación de algunas medidas de ciberseguridad adicionales. Pero el daño emocional fue considerable. “Nuestra empresa existe desde hace 34 años y he perdido todas las fotos del día de la apertura. Nunca las recuperaré”, declara.
Aprendizajes clave
Todo esto ha hecho llegar un mensaje que Arjan considera importante para otros empresarios:
“Es inteligente tomar medidas extraordinarias para proteger tus pertenencias”, incluidas las digitales.
Ahora, Arjan protege los datos de sus clientes con controles de acceso y se asegura de que la información crítica tenga copia de seguridad y esté guardada por separado. Los cibercriminales todavía pueden atacar, pero al menos existe otra barrera que protege la información personal de los clientes. “Además, ahora les pido a los clientes que solo proporcionen la información personal necesaria.”
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Fuente https://www.hiscox.es/informe-de-ciberpreparacion-de-hiscox-2023